Es difícil que una situación laboral sea perfecta en todos los aspectos, pero un lugar de trabajo debería ser más positivo que negativo y nunca un sitio en el que nos sintamos angustiados, explotados o incómodos la mayor parte del tiempo. Esto puede ser difícil si tenemos un jefe que con frecuencia cruza la línea del comportamiento profesional.
La mayoría de las personas que trabajan han experimentado una situación incómoda ejerciendo su profesión. Esta es la cruda realidad de las relaciones interpersonales en un entorno laboral. Sin embargo, si bien es difícil que una situación laboral sea perfecta en todos los aspectos, un lugar de trabajo debería mantener un ambiente positivo y nunca ser un lugar en el que nos sintamos angustiados, explotados o incómodos. Esto puede ser difícil si tenemos un jefe que con frecuencia cruza la línea del comportamiento profesional.
En Fed IT, somos expertos en selección de personal y headhunting en el sector financiero y te contamos cuáles los 6 límites que un jefe nunca debería cruzar.
1.El jefe hace referencia a tu salario frente a otros miembros de la plantilla
La información sobre lo que cobra cada empleado es privada y confidencial, no pública. Otros miembros del equipo no necesitan saber lo que nos pagan sin nuestro consentimiento y viceversa, independientemente del tipo de comentario que se haga al respecto. Que un superior diga frases como "no te pago lo suficiente" o "te pago demasiado", puede generar resentimiento entre los miembros del personal.
Difundir lo que reciben económicamente los empleados termina por socavar su posición con el resto de la empresa. Esto también puede influir en que otros superiores entiendan que estás dispuesto a trabajar por poca remuneración o que percibes mucho sueldo, afectando a tus intereses.
2. El jefe te reprende delante de otros empleados
Esto es una forma de intimidación pública y nunca es aceptable. Si bien podemos haber cometido un error o vernos envueltos en un malentendido que merece ser discutido, un buen empleador se encargará de esto de manera profesional y privada. Un jefe que se precie nunca debería menoscabar las habilidades de un trabajador y menos delante de los compañeros.
3. El jefe tiene expectativas poco razonables
Los superiores deben comunicar claramente sus expectativas laborales sobre los empleados, ayudarles cuando sea necesario y establecer plazos razonables para los proyectos. Esto puede ser complicado. Es común que un trabajador haya sentido alguna vez que se le ha asignado una tarea imposible de cumplir. Si constantemente recibes demandas poco razonables, es el momento de hablar.
Podría tratarse de un problema de comunicación, tal vez algo tan simple como unas instrucciones poco claras que nos dejen estancados. También podría ser un caso de microgestión, es decir, se nos ha encomendado una labora que no entra dentro de nuestras competencias. Solo debemos asegurarnos de abordarlo de manera cortés y sin confrontaciones.
4.El jefe comparte demasiados datos personales
En un ambiente laboral no se deben compartir una gran cantidad de datos personales. Un buen superior no debería compartir problemas o datos personales inapropiados, sobre todo en un entorno profesional. Si encuentras que la conversación a menudo se desvía en esta dirección, lidera el camino siendo muy breve en las respuestas y luego cambia el tema de nuevo al trabajo. Se debe evitar traer los problemas personales a la oficina y hacer perder el tiempo al resto.
5. El jefe hace referencias inapropiadas
Cualquier comentario que te incomode u ofenda personalmente es uno que no debería haberse hecho en la oficina y probablemente en ningún otro ámbito. Esto incluye bromas de mal gusto, comentarios sobre la apariencia física de alguien, comentarios discriminatorios o vejatorios...
Incluimos en esta categoría cualquier indicio de que el jefe esté interesado en una relación de carácter personal, incluso si no es algo a lo que nos opongamos por completo. Los romances en el lugar de trabajo no suelen ser una buena idea y es poco profesional hacer la sugerencia.
6.El jefe considera que el género, la raza, la edad o la religión es un factor para el desempeño laboral
Ninguna de estas cosas tiene que ver con la capacidad para realizar un trabajo para el que fuimos contratados. La sugerencia de lo contrario no solo es injusta, es discriminatoria. Se debe abordar cualquier hecho de este tipo de inmediato con algún otro superior o el departamento de recursos humanos.
Si experimentas uno o más de estos problemas con regularidad, se debe hablar con el superior en concreto sobre el malestar que sentimos. Esto no es algo fácil de hacer, pero es necesario fijar unos límites para mantener una relación respetuosa y profesional. Debemos tener en cuenta que es posible que ni siquiera esta persona se haya dando cuenta de que algo nos ha molestado.
La clave es abrir un diálogo en el que se puedan abordar los problemas. Acércate al jefe en un momento libre y tranquilo. Hazle saber que sientes que hay algunos problemas que deben solucionarse. Tener respeto por uno mismo debería hacerle ver que estamos en la empresa para hacer nuestro mejor trabajo.
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