El Observatorio de Igualdad y Empleo recogió el pasado 2020 unas cifras llamativas en su informe titulado ‘Competencias transformadoras para la igualdad de género en la sociedad y la economía digital’. De los datos obtenidos, sobresale uno esclarecedor pero poco sorprendente: solo tres de cada diez trabajadores del sector TIC en España son mujeres.
La brecha de género continúa estando muy presente en todos los ámbitos de nuestra sociedad. Sin embargo, el sector tecnológico es uno de los más afectados por este problema social, con muy pocas mujeres profesionales y aún menos en puestos de dirección. Los datos son claros y claman por una solución que acabe con la desigualdad de género en la industria.
En Fed IT, como expertos en selección de personal y headhunting en el sector IT, te traemos la situación actual de la brecha de género de los empleos tecnológicos en España.
El Observatorio de Igualdad y Empleo recogió el pasado 2020 unas cifras llamativas en su informe titulado ‘Competencias transformadoras para la igualdad de género en la sociedad y la economía digital’. De los datos obtenidos, sobresale uno esclarecedor pero poco sorprendente: solo tres de cada diez trabajadores del sector TIC en España son mujeres.
Además, se ha puesto en evidencia que, a medida que los puestos son más técnicos, más pronunciada se hace la tasa de desigualdad. Por poner un ejemplo, solo el 20% son ingenieras de desarrolladores y apenas el 25% son ingenieras de datos, ambas disciplinas con un alto nivel técnico. Las mujeres tampoco son comunes en puestos de dirección de tecnológicas, suponiendo un pequeño 6% y la cifra de emprendimiento femenino en cuanto a start-ups se encuentra en una situación similar (15%). A nivel continental, aproximadamente el 30% de los 7 millones de empleos tecnológicos en Europa pertenecen a mujeres, un porcentaje que en nuestro país se encoge aún más hasta el 15,6%.
Desigualdades también en la educación
En cuanto a educación y formación, las cifras en general son igual de negativas. La Formación Profesional cifra un nivel de matriculadas en cursos de informática por debajo del 20%, el cual nunca ha superado. La misma estela sigue la educación universitaria. Según datos del curso 2018/2019, las mujeres matriculadas en, por ejemplo, ingeniería informática representaron tan solo el 12%. Este baremo sube un poco hasta el 20% en telecomunicaciones o el 13% en ingeniería aeronáutica.
Como punto positivo, encontramos que la brecha salarial entre hombres y mujeres en el sector IT es menor que en otros ámbitos o industrias. Las mujeres que se desempeñan en empleos tecnológicos ganan aproximadamente un 3% más que en otros sectores, algo que no sucede con sus compañeros masculinos.
Brecha de género en la creación de Inteligencia Artificial
La inteligencia artificial y algunos algoritmos que se están desarrollando en la actualidad reproducen los mismos sesgos discriminatorios que existen en la realidad analógica, lo que puede afectar en el futuro a la igualdad de oportunidades. Si la IA y la automatización no se desarrollan y aplican con perspectiva de género, es probable que reproduzcan y refuercen estereotipos y normas sociales discriminatorias existentes. Esto ya puede estar pasando de manera consciente o inconsciente. Por ejemplo:
Como se pone de manifiesto en un informe de la UNESCO de 2019, el hecho de que los asistentes digitales como Siri, Alexa o Cortana tengan una ‘personalidad femenina’, un nombre femenino y una voz aguda. Resulta evidente que estos hechos copian una realidad del mundo analógico en el que los trabajos de secretariado y asistencia suelen ser ocupados por mujeres.
La brecha de género también alcanza los algoritmos de la Inteligencia Artificial. Como la mayoría de personas ocupadas en trabajos de IA son hombres, su visión afecta y condiciona la creación de algoritmos. Esto puede tener graves consecuencias. Por ejemplo, estos podrían por defecto, dificultar el acceso de las mujeres a los trabajos al descartar automáticamente sus solicitudes o hacerles una valoración desfavorable.
Aunque la robotización y la automatización del sector laboral condicionará a hombres y a mujeres, cabe la posibilidad de que la brecha de género se ponga de manifiesto y afecte a las mujeres en mayor medida. Por ejemplo, los sectores con una mayoría femenina tendrán un mayor riesgo de automatización y verse más perjudicadas. A este respecto, si más del 70 % de las personas cuyo empleo se basa en la confección de ropa son mujeres, la automatización tendrá mayores consecuencias sobre ellas.
La ausencia de mujeres y de diversidad en general en los equipos que desarrollan la tecnología y la inteligencia artificial, tiene repercusiones directas en la innovación tecnológica y en la sociedad. Además, en la práctica, las tecnologías rara vez son imparciales en materia de género. Si la IA y la automatización siguen excluyendo a las mujeres o ignorando sus experiencias, todos saldremos perdiendo.
Queda claro la necesidad de aplicar cambios profundos, implicar también a los hombres, poner de manifiesto de una vez por todas las fortalezas de las mujeres y su completa validez. De lo contrario, una gran parte de la población no tendrá ni presencia, ni voz, ni voto en una industria tan clave para el futuro como la tecnológica.
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