En todo proceso de selección de personal se debe respetar el derecho a la intimidad de los candidatos.
Realizar una entrevista de trabajo puede ser estresante para todas las partes involucradas. El entrevistador está buscando al mejor nuevo miembro del equipo posible y el candidato espera dar la mejor primera impresión posible. En muchas ocasiones, los reclutadores con el fin de encontrar al candidato que más les interesa pueden cometer el error de intentar indagar demasiado en la vida personal del entrevistado. Esto viola su intimidad y el derecho de mantener su vida personal privada, por lo que nos podemos negar a contestar.
En Fed IT, somos expertos en selección de personal y headhunting en el sector financiero y te contamos cuáles son las preguntas que no deben hacerte en una entrevista de trabajo.
Temas a evitar
En una entrevista, en ningún caso se pueden hacer preguntas que conduzcan a la discriminación. En pocas palabras, no puede hacer preguntas que de alguna manera se relacionen con los siguientes ámbitos:
- Edad
- Raza
- Orientación sexual o identidad de género
- País de origen
- Lugar de nacimiento
- Religión
- Discapacidad
- Estado civil
- Embarazos
- Historial salarial
Las preguntas que se reciban en el ámbito laboral, aunque todavía no nos hayamos convertido en empleado, deben estar referidas a temas exclusivamente profesionales. Además, es una mala señal si un reclutador no formula las mismas cuestiones para todos los candidatos a un puesto, pues se habrá detectado una falta de objetividad en el proceso de selección.
Lo que se puede y no se puede preguntar
Hay una variedad de formas en las que se pueden formular ciertas cuestiones y queriendo o no, el entrevistador puede estar siendo poco diligente.
Cuestiones geográficas
Un ejemplo común puede ser "¿Cuál es tu país de origen?" O, dicho de manera más simple, "¿De dónde eres?". Aunque la intención del reclutador sea meramente curiosa o informativa, el lugar de origen de alguien es un motivo muy común de discriminación y no es menos en el entorno laboral. Por otro lado, sí que es pertinente recibir una pregunta sobre si se tienen los permisos para trabajar en el país en cuestión si tiene relación con la actividad profesional.
Los empleadores tampoco deben preguntar si el español es nuestro primer idioma. Si es relevante para un puesto, pueden preguntar qué otros idiomas se dominan. Tampoco es de recibo que nos pregunten si somos propietarios de una casa o vivimos de alquiler, con quién vivimos o cómo hemos conocido a las personas con las que vivimos.
Edad
Otra pregunta aparentemente inocente es "¿Cuántos años tienes?". En muchos empleos existe discriminación por razón de edad, por lo que es motivo para que este tema no salga en una entrevista. Si existe un requisito de edad mínima para el empleo, simplemente nos pueden preguntar si superamos la edad mínima requerida. Por ejemplo, si está contratando a un camarero para hacer un horario nocturno, este legalmente no podrá ser menor de edad.
Relaciones personales y planificación familiar
Otra pregunta que puede causar problemas como entrevistado es "¿Tienes hijos" o "¿Planeas tener una familia?". Históricamente, estas preguntas se han utilizado para legitimar un desequilibrio de género en el sector laboral, lo que sigue llevando a algunos empleadores a no contratar mujeres bajo el supuesto de que algún día podrán pedir una baja por maternidad o necesitar tiempo libre para cuidar a sus hijos. Esto es información personal que los empleadores no pueden utilizar para tomar decisiones de contratación.
De la misma manera, también nos podemos negar a responder cualquier pregunta que se dirija hacia nuestras relaciones sentimentales o nuestro estado civil. Ninguno de estos temas influye en la valía profesional de una persona y por lo tanto no son de la incumbencia del reclutador o la empresa contratante.
Salud
Si bien el empleador necesita saber si cumplimos con los requisitos, no puede preguntar sobre nuestro estado de salud. Es incorrecto que los entrevistadores pregunten a un solicitante si goza de buena salud o si ha tenido alguna enfermedad u operación en el pasado. De la misma manera, no debemos ser preguntados sobre nuestra altura, peso o cualquier detalle con respecto a limitaciones físicas o mentales.
En cuanto a las discapacidades, por motivos de subvenciones y beneficios fiscales el empleador podrá preguntar de manera general sobre ello, pero de ninguna manera indagar más allá. Un empleador sí puede preguntar si podemos realizar las funciones esenciales del trabajo con o sin adaptaciones.
Historial salarial
En España, según datos de 2021 del Observatorio de la Igualdad y el Empleo, la brecha salarial de género en España es de 16,2%. Si el empleador pretende conocer nuestro historial y este se conforma de salarios bajos, tomará esto como referencia, por lo que podemos negarnos a contestar. Lo ideal es que se determine el salario del puesto antes de que se seleccione al candidato. La idea es ayudar a garantizar que las mujeres y minorías que tienen un historial de salarios precarios no vean ese ciclo perpetuado por los empleadores.
En definitiva, debemos tener en mente que una entrevista de trabajo es una conversación en la que se tratarán temas exclusivamente profesionales. Por desgracia, hay procesos de selección en los que todavía se busca obtener información personal de los candidatos para utilizar estos datos de manera discriminatoria y agilizar los procesos. Si nos encontramos ante esta situación, tenemos el derecho de negarnos educadamente a contestar.
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